domingo, 22 de marzo de 2009

BERLÍN

No podía evitar montarme en un vagón de la línea S-Bahn de Berlín y observar a la gente con curiosidad. Si me encontraba con alguna persona mayor de 60 años, me emocionaba al pensar lo que esos ojos han visto a lo largo de su vida, lo que han vivido: los horrores de la 2ª Guerra Mundial, el aislamiento de la Guerra Fría, materializado posteriormente por un horrendo muro que posiblemente le separó de su familia y, por último, la euforia de aquella noche de noviembre del 89 en que pudieron salir a la calle y arrancarlo de cuajo. Ahora se le ve tranquilo.

Toda esa historia reciente se palpa en Berlín, las calles y las gentes nos hablan de ella. La arquitectura de Berlín es una mezcla, mezcla de austeridad y modernidad, de enormes edificios históricos y cristaleras psicodélicas. Si alguien no cree en la posibilidad de integrar en armonía arquitectura contemporánea con clásica, sólo tiene que pasear por Berlín.


Berlín es la huella que ha dejado un choque de ideologías, una ciudad revuelta por la historia que ha sabido adaptarse perfectamente después de los achaques que ha sufrido. Ahora es un refugio de artistas bohemios, un lugar para crear una galería de arte, una ciudad con restaurantes de comida tailandesa, vietnamita, japonesa o india en una sola calle. La gente está liberada, los berlineses pasean libres, vestidos cada uno a su manera, tranquilos. En Berlín se respira paz, ahora sí.

3 comentarios:

Marie... dijo...

me ha encantado tu post
y la foto de los espejos es genial :)
un besito

(Andres ya tiene Twitter: http://twitter.com/andreselpez)

Anónimo dijo...

Tremenda ciudad, muy particular. Me impactó.

Y las fotos, bufff... qué recuerdos.

Anónimo dijo...

que fotos mas bonitas por dios!! me has abierto las ganas de visitar Berlin!!
LAURA
(pd.: sigo sin averiguar mi contraseña :P)