Permitidme hoy una nota más negativa.
Para los que me conocéis, mi comentario de hoy no os resultará nada
nuevo, ya que me habréis escuchado hablar del tema una y otra vez, pero nunca
había escrito sobre ello. El detonante para que acabe escribiendo un
comentario acerca de la situación laboral en España fue el artículo publicado
en El País el pasado jueves: "De vuelta a casa y al empleo".
No sé porqué me impactó tanto. Muchas personas lo leerán y recibirán el
mensaje de optimismo y alegría que el artículo intenta transmitir: el panorama
laboral español no está tan mal como lo pintan, hay españoles (jóvenes y
maduros, con carrera universitaria o sin carrera) que están felizmente
trabajando y que incluso lo prefieren a los trabajos que otros países europeos
puedan ofrecerle. Y sí, me alegro por ellos, no me vayáis a malinterpretar.
Incluso me siento identificada con el primer caso, pues al fin y al cabo, yo
soy otro ejemplo de "vuelvo a España y prefiero la calidad de vida a una
mejor oportunidad laboral".
Lo que a mí me apena es el conformismo de nuestra sociedad hacia los
derechos sociales y laborales. No consigo acostumbrarme, desde que volví de Bélgica
intento dejar de comparar, olvidarme de lo que vi y viví, pero me es imposible.
En el artículo de El País un hombre muy feliz menciona que prefiere
"calidad de vida a un gran sueldo". ¿A qué nos referimos los españoles
cuando hablamos de calidad de vida? Nos hemos acostumbrado a lo peor: a no
conseguir trabajo, a no tener sueldos dignos, a que la ayuda por desempleo se
esfume antes de que te des cuenta; así
que cuando te ofrecen un contrato, aunque sea temporal, aunque no te dé para
ahorrar o para hacer planes de futuro, hay que estar feliz y ser agradecido. No
estaréis de acuerdo conmigo en que una de las frases más repetidas en España
los últimos años es: "Al menos tienes trabajo". Las condiciones no
importan, al menos tienes trabajo.
Debo aclarar que no hablo solo de cuestiones económicas. Para nada, de
hecho, el sueldo es lo de menos. Hablo de contratos de 40 horas semanales y
trabajadores que trabajan 50 si hace falta y sin rechistar. Hablo de conciliación
familiar, hablo de un mínimo de certeza de si te renovarán o no. Hablo de tener
acceso a una vivienda, de alquiler o comprada, a los 30 años.
Y bueno, la crisis es la crisis, y nosotros hemos tenido los gobiernos
que hemos tenido, y una economía sustentada en un negocio inmobiliario que se
vino a pique. En definitiva, una idiosincrasia característica que nos define
como sociedad y que nos ha llevado a una situación laboral pésima. Pero no deja
de sorprenderme como nuestra sociedad lo asume, se conforma y es feliz porque
puede sustentarse y seguir viviendo en el país "con mejor calidad de vida
de Europa" (que también he escuchado esto por ahí).
Ahora dicen que la situación está mejorando. Puede ser. Pero yo sigo
siendo testigo de jornadas laborales de 8 de la mañana a 8 de la tarde
(totalmente aceptada por los trabajadores como una situación normal), estoy
siendo testigo de traslado de jóvenes trabajadores a otras regiones o países,
con aviso de una semana de antelación, porque es donde hay trabajo y, total, no
tienen familia ni responsabilidad (por supuesto que no la tienen, si no tienen
tiempo ni recursos para planteársela), estoy siendo testigo de amigos y amigas
felices porque tras años de paro consiguen un trabajo (sí, es verdad, hay más
trabajo ahora) pero que llegan justos a fin de mes. Soy testigo de becarios
terminando sus estudios de investigación haciendo uso del dinero de desempleo
(práctica, una vez más, totalmente asumida en la sociedad). Pero sí, las cosas
van mejor y en este país se vive de lujo.
Termino, pidiéndoos de nuevo que no me malinterpretéis, sé que hay que
ser optimista, dejar de quejarse y vivir feliz con lo que se tiene. También
entiendo que un padre de familia que ha pasado apuros para alimentar a sus
hijos acepte un trabajo, sin mirar condiciones. Es lo más lógico, pero también
sería lógico que la sociedad española se escandalizase más, se llevase las
manos a la cabeza por cada injusticia cometida. No que nos sonriamos porque por
fin podemos volver a casa, ganando un poquito menos y trabajando un poquito más,
pero que felices somos...