A veces el "centro", el punto medio, está visto como aburrido y monótono. Es más interesante estar metido en el meollo de una cuestión, esto es, en el tema puntero. Sin embargo, no todo es blanco o negro, se dice, también hay gris. Pero el gris se rechaza. Es menos intenso, menos excitante, es algo, pero nada a la vez. Y sin embargo, yo encuentro en los "puntos medios" los mejores retos escondidos.
En los límites entre disciplinas es donde surgen los desafíos, las dificultades más ocultas, pero más complejas. Es el caso del tema que abordo: desde las primeras lecciones de ciencia que recibimos, siempre hemos diferenciado el mundo acuático del terrestre, de forma que a la hora de elegir especialidad, casi sin darnos cuenta, estamos eligiendo y definiendo claras barreras del terreno de la ecología en el que nos movemos. Y es cuando alguien penetra en la interfaz entre ambos mundos cuando se descubre el abismo que se ha creado a base de separatismos involuntarios. Los científicos del mundo acuático están interesados en ciertos factores, describen parámetros expresados en ciertas unidades de medida mientras que al otro lado de la barrera, los ecólogos terrestres se centran en distintos factores ambientales y expresan concentraciones, flujos y cantidades con distintas unidades. Pero, ¿cuál es la barrera entre ambos mundos? El agua del suelo. Cuando empecé a estudiarla no sabia lo interesante que podría resultar. En el agua del suelo comienza un intercambio de componentes que llegarán al agua subterránea, a los ríos y de ahí, al mar. Pero todo está relacionado: aunque siempre se haya estudiado de forma distinta el ciclo del carbono en el océano que en los bosques (tal vez de forma involuntaria), es el mismo carbono en un lado y en otro. En distintas formas sí, pero claramente vinculado. Sólo hay que aprender a unir ambos lados. Aunque no es fácil, ya que para ello hay que empezar por limar diferencias técnicas, diferencias que se alargan cuanto más tiempo pasa uno encerrado en su estudio sin recordar la importancia de las aportaciones interdisciplinares.
El futuro está en los puntos medios, es decir, en abrir barreras y en unir campos de investigacion. Sólo asi podremos encontrarle más sentido a los procesos ecológicos. Mi objetivo con esta entrada es, al fin y al cabo, corroborar la necesidad de aquéllo para lo que estoy estudiando: caminar hacia el estudio de boundless cycles.